Hay que estar en el llano...

...para poder hacer una buena política pública desde un escritorio.
Hay que caminar, hablar, oler, comer, reírse y llorar con la gente de cada pueblo;
para comprender el "todo".
Lograr un país federal es entender, cada una de las idiosincracias, de cada mínimo paraje.
Las diferencias entre pueblos, páramos, ciudades, provincias, es despiadada.
El no reconocerlas es no cumplir con ser parte de la Patria.
Pensar en escribir una ley, basándose en estadísticas, el último censo, el Indec, lo que dicen los organismos
oficiales, lo que dictan los organismos internacionales, lo que hicieron otros países, sin siquiera, una sola vez, recorrer la República; o al menos una provincia; es no haber entendido cuál es la misión de la política.
Cambiar "la calidad de vida" de las personas. Para mí sería ideal. "La felicidad de un pueblo", otra maravilla.
Si pensamos lograr esas grandes metas, sin caminar "el barro", estamos perdidos, tristemente, muy lejos de lograrlo.
Cada lugar, cada núcleo de personas que se afianzaron en un sitio, tienen sus métodos, creencias, niveles de educación, cultura del trabajo, festejos, duelos, coyuntura, bienestar, climas, trampas, sabiduría, negligencia, importancia, descreimiento, fe; totalmente distintos a otro lugar.
Hay que hacer patria. No es más ni menos que conocerla, acompañarla, prestarle atención, ayudarla, entendenderla, buscarle la vuelta, embellecerla, a toda en su conjunto; sin olvidarse ninguna de sus partes; cada uno de sus recovecos.
Para que Argentina sea "grande"; cada lugar debe ser "majestuoso".