VIOLENCIA CERO

VIOLENCIA CERO
VIOLENCIA CERO. ES MI COMPROMISO DIARIO

domingo, 31 de octubre de 2010

Una muerte... Un momento

Se murió un lider! Un hombre, con su locura y su pasión, dejó la vida.
Un hombre que, además, abrió un camino, ¿y ahora?
Las conjeturas son muchas. La incertidumbre una afirmación.
Nos tomó de sorpresa. Con la quietud de un país, esperando a ser censado;
la muerte se hizo escuchar. Un estruendo sacudió el silencio de las calles.
A las primeras horas de la mañana había muerto Néstor Carlos Kirchner.
Nadie lo podía creer, todos nos sentíamos "tocados".
A mi, me hizo tomarme un fin de semana para la reflexión y el silencio.
Estoy consternada todavía hoy. Estoy comprometida aún más por una patria grande.
Recemos por Cristina, para que Dios le de el temple y la sabiduría necesaria para conducirnos.
¿Será este un punto de inflexión para la Argentina?

domingo, 24 de octubre de 2010

Es un orgullo para mi pertenecer a este espacio.

Todos los que quieran saber por qué estoy con el Dr. Alberto Fernández,
no tengo problema, café mediante, contarles los motivos.
Es un político impecable, un hombre inteligente. Alguien con quien comparto la misma manera de ver
la política.

miércoles, 20 de octubre de 2010

La Confianza

¿Si nos basáramos en la confianza de unos sobre otros, cambiaría algo?
Hay sociedades, donde su base fundamental e incuestionable es la confianza.
Jamás piensan, si esa confianza, se va a "romper", eso implica que la calidad de vida
de cada ciudadano, sea mejor. Porque no gastan energía en pensar que la persona
que tienen al lado los va a "pasar por encima" para sacar un beneficio.

¿Cómo hacemos para que nuestra Argentina se base en la "confianza"?
¿Empezamos por la escuela?
¿Cambiamos el eterno mito de la "canchereada" argentina?
¿Hacemos una campaña masiva ´"confía en el otro"?

Desde mi lugar, creo conveniente, empezar, cada uno, desde su lugar.
Sé, lo que están pensando, "todo muy lindo", siempre que sonreí, recibí malas caras.
Volvé a sonreir. Empecemos con el uso del "buen día"; "por favor", "gracias".
"¿cómo te sentis?" "Me ocupo yo".

Todo en nosotros, empieza por confiar en el otro. Confiamos en padres, amigos,
hermanos, compañeros.

La Argentina fue por un camino que dejamos de confiar y sólo pensamos que el otro
está para arruinarnos la vida.

Es un tema que me ocupa, porque me gustaría ver una Argentina feliz. Un pueblo contento.
Y, una de las maneras de conseguirlo, es que funcione la confianza.
La falta de ella, nos trae miles de inconvenientes; desde la inflación hasta conflictos con el vecino.

Estaría bueno que, entre todos, pensemos, este tema y aportemos ideas, para que algo empiece a cambiar.
Claro, es sólo cuestión de confianza, porque aportar ideas, también tiene que ver con esto.

martes, 12 de octubre de 2010

OTRA MUERTE POR VIOLENCIA DE GÉNERO

FERNANDA LEMOS
La Fundación 9 Mujeres se pone a disposición de la Familia.
Más prevención, más difusión, más, más y más... Todo resulta poco. Nada alcanza. Salvamos a muchas mujeres; pero, al escuchar otra víctima cae muerta; el dolor se instala en las entrañas y la impotencia en el andar.
Jamás nos van a hacer bajar los brazos. La ilusión sigue intacta, aunque el llanto esté a flor de piel; hacen la denuncia, va a Tribunales. Este "señor" va a quedar libre por falta de mérito.
¿Cuántas muertes más?
¿Cuántos hijos sin su madre?
¿Cuántos "asesinos" sin condena?
Sólo tengo preguntas, faltan respuestas.

El cuerpo apareció en un descampado de San Vicente con una bolsa de polietileno en la cabeza. La joven había desaparecido el 28 de septiembre, tras una pelea con su pareja. Tenía 28 años y dos hijas.

Fernanda Lemos, la mujer de 28 años que había desaparecido hace 13 días de su casa en la localidad bonaerense de Luis Guillón, fue encontrada hoy asesinada en un descampado del partido de San Vicente y por el crimen fue detenido su esposo.
El principal sospechoso es Gerardo Demchuk, quien quedó imputado por el delito de "homicidio calificado por el vínculo". La hipótesis que manejan los investigadores es que Lemos fue asfixiada en su casa y luego arrojada en el descampado el mismo día en que su esposo denunció su desaparición.

domingo, 10 de octubre de 2010

Música para escuchar y escuchar...

Cuando las palabras no dicen nada

Si escuchamos o escribimos las palabras: "abuso infantil", suenan abstractas, globales, siniestras, ajenas; pero, en verdad, no nos dicen nada.
Aunque a nuestra mente aparezcan sinónimos como malestar, horrible, escandaloso; en verdad, no nos dicen nada.
Esto suele suceder cuando las palabras se repiten, se manifiestan entre unos y otros, con pesar, con dolor, pero se rechazan en el mismo instante, porque, solemos alejarnos; "mejor ni pensar".
Evidente, que quiénes podemos hacer esto con nuestros pensamientos, no tenemos dos ojos que nos miran.
De lo abstracto a lo concreto, sólo bastó verme en sus miradas.
Dos nenas, doce y once, sentadas en una silla, en el medio su mamá; pidiendo ayuda.
Nos miramos a los ojos, ellas y yo. Nos reconocimos en el silencio de esas miradas. Hablaban las almas. Nosotras sólo observamos.
Las miradas abiertas tenían luz. Esa luz no se la habían podido borrar, una sonrisa angelical, no sé si provenían de ellas "conciente", abrazaron mi angustia. ¿Cómo disimular el dolor que me causaba su dolor?
Pequeñas, frágiles, "marcadas" para siempre.
En esas miradas vi reflejado el dolor silencioso, agazapado en el interior.
Sus miradas no demostraban el terror que sentían, sus cuerpos se habían sentados incómodos en las sillas.
Su ternura infantil se percibía en los gestos.
Ella, la mayor, abusada por su padre. Padre biológico. Tres años de atrocidades. ¿Testigo? Su hermana menor, a quien le contaba lo ocurrido. ¿Sabían que ese hecho puede "salvarla"? La menor, recibió maltrato, no abuso.
No sé si pueden concebirlo, sentirlo, vivirlo.

¿El padre? Libre.
La policía ya hizo lo que le correspondía. Ahora, quedan los Tribunales.
¿Mientras tanto?

Sus ojos, todavía, me miran. Sus sonrisas, abrazan mi angustia.
¿Mi compromiso? Esa palabra queda chica, para expresar lo que siento.
El abuso infantil debe ser parte de la agenda pública.
Todavía mi estómago se anuda, mi garganta se cierra, mis ojos lloran.

Esas miradas piden clemencia.
A esas nenas les tenemos que devolver el amor por la vida.

miércoles, 6 de octubre de 2010

¿Cuándo las incomodidades pasaron a ser parte de los usos y costumbres?

Estar parados dos horas en la Autopista; los colectivos, los autos que saben que no llegan a cruzar antes de que cambie la luz del semáforo, lo hacen de todas formas, y, quedan justo para que nadie pueda pasar; los que intentamos cruzar una senda peatonal que no tiene semáforo; la cola en un Banelco; intentar sacar algún documento; hacer un trámite; pagar un impuesto; viajar en tren; ir por una ruta señalizada, en la cual nunca hubo un accidente.
Miles de cosas de las que nos acostumbramos. No sólo eso, nuestros días, tienen infinitas horas perdidas en "acomodarnos" a esta realidad injusta, incierta, desgastante. Sin embargo, cada día, le damos un espacio más amplio. No queda otra, para sobrevivir, hay que adaptarse al sistema. Nefasto.
"El estres de ser argentinos".
Acampan en medio de la 9 de Julio (no estoy en contra del reclamo justo). Pero, todos los que toman la 9 de julio para trabajar, para internarse, para ir a ver a un amor que hace mucho no lo tiene a su lado, para que pase alguien en una ambulancia que corre el riesgo de vida, para los turistas, para todos los que queremos pasar por ahí. Horas dando vueltas, tomando atajos, que nunca son así, largos vericuetos entre caras agotadas, gestos de resignación, olor a podedumbre ciudadana.
Insisto los reclamos, sobre todo, de gente que quiere trabajar, son bienvenidos, en tiempo y forma.
"La sacaste barata, sólo fue un susto"; te dejaron sin nada, pero no te mataron. La inseguridad nos hizo tener una templanza surrealista con la adversidad; somos expertos en darnos aliento, sólo con observar lo mal que le fue al "otro". Un otro, que podemos ser nosotros mismos. Nos vamos relajando con ciertas cosas.Un estilo "gótico" mezclado con la "cumbia villera". Un cuadro pintado entre negros oscurisimos, grises desolados y, apenas, unas pinceladas blancas; dándole una tonalidad de alivio.
¿El instinto de supervivencia? Tal vez. ¿No nos queda otra? Tal vez.
"Salvese quien pueda", por eso, entramos a los codazos en el subte, trenes.
"Seguro que este vino a complicarme la vida", típica frase nuestra de cada día.
Recuerdo los primeros cartoneros en la 9 de Julio. La tristeza nos ahogo un poco, sentimos que Buenos Aires, se estaba contagiando de las grandes urbes del mundo. Había, cada vez, más gente pidiendo en las calles. Nos duro poco, esa sensación, nos acostumbramos. A los chicos pidiendo, limpiando vidrios, haciendo malabares.A los que daban un beso en el subte, a cambio de una moneda. Nos ponía incómodos; también nos entregamos a esa escena.
Podríamos citar varias más, ustedes se deben estar acordando de centenares.
El reclamo silencioso agotador humillante de ciudadanos que, a diario, regalan horas valiosas de sus vidas para "ajustarse" al andar barroco de un sistema escabroso.
Muchas veces se usa el pueblo feliz, es más, hasta yo la usé en varias ocasiones. ¿Por qué quién no quiere ver a un pueblo feliz? Pueblo: palabra que respeto con profundo amor.
Deberíamos preguntarnos: ¿cuándo Argentina es feliz?
¿Podemos ser felices "acomodando" las incomodidades? (recordemos que somos limitados) ¿Se puede ser feliz, individualmente, si como pueblo nos comportamos así?
¿Se pueden cambiar algunas de esas incomodidades o ya estamos tan acostumbrados que nos sacarían parte del estrés diario de ser argentino?
Debo confesarme, quiero tener calidad de vida, quiero que, desde hoy, hasta el resto de mi vida, empezar a sentirme incómoda. Tan incómoda que mi compromiso por cambiar algo, tengo un poco del aroma fresco, de la brisa de la juventud. Esa, que todo lo atropella porque se siente "inmortal".
"Oíd mortales, el grito sagrado... Libertad, libertad, libertad"...
¿Somos libres siendo cómplices de tanta "incomodidad"?

martes, 5 de octubre de 2010

Desafío diario

Otro caso de abuso infantil, recibimos ayer en la Fundación.
El padre abuso de su hija. Ella, ahora, tiene 12 años; esto ocurre desde hace dos años.
La madre se enteró hace 20 días.
La hermana menor recibió amenazas y maltrato del padre pero ella no fue abusada.

Denuncia efectuada. La justicia deliberará su parte.

¿Quién le devuelve la infancia a esas nenas? ¿Cómo hacemos para que, desde el amor, demostrarle
que, a pesar de todo, vale la pena? ¿La justicia actuará en consecuencia? ¿Cuál es la pena que le cabe
a una persona así, que lo hace con sus hijas?

¿La sociedad argentina está conciente de que estos casos son mucho más frecuentes de lo que se "dice"?

Nosotras, desde la Fundación, intentamos, contener, escuchar, hacer terapia, recuperar (si es posible),
no juzgar, devolverles algo de paz.

No alcanza. Debería ser un tema de la agenda pública. Desde nuestro lugar, luchamos para que estos casos como la prostitución infantil sean tan mediáticos como "la pavada" de la que se ocupan los medios.

lunes, 4 de octubre de 2010

La vida tiene la capacidad de sorprendernos, abrumarnos, invitarnos o, sencillamente dejarnos ser.
Cuando el atardecer se pinta sobre el cielo del mar ahi siento que vale la pena, estar en ese preciso momento, en ese lugar.
Cuando espero el subte, con el anden atiborrado de gente, el mal humor, las caras de fastidio, la marcha lenta de un día atravesado; escuchó el sonido de algún instrumento tocado por un músico escondido bajo una funda con monedas, me dejo llevar por esos acordes; agradezco por esa música que corta los sinsabores de la escena.
Caminar por la vereda del sol, mirando el cielo tan celeste que parece pintado a mano, escuchar el ruido de mis pisadas, el viento, apenas brisa, refresca mis oscuros y agobiados pensamientos, hasta hacerlos diluirse; ahí pienso: qué bueno, tengo que guardarlo en mi memoria, para cuando este adentro.
Sentarme en una mesita, tomar un café con algo rico, en Puerto Madero, mirando el dique, los barcos, los que andan en roller, los que caminan, los extranjeros, los extravagantes, los ridículos, lo fashion, los out y los in, las cursilerías, los amantes, los formales, los de siempre, los habitues, los superados, los que no se animan, los favoritos, los solos, las amigas, los edificios vidriados, las torres; Buenos Aires reflejada en el agua. Gracias por este sexto sentido.
Las pausas son mis anclajes, esos cables a tierra, que nos ayudan a escuchar el silencio en medio de un torbellino. Sin mis pausas moriría en el olvido.

domingo, 3 de octubre de 2010

Pura fe

Todo lo que nos proponemos, podemos alcanzar.
Depende sólo de nosotros.
Hoy estás dónde te encuentras, por las decisiones que tomaste en el pasado. Y, mañana, estarás en el lugar que te lleven las decisiones que tomaste hoy.
Si somos concientes de esto; nos tenemos que hacer cargo, de nuestro destino.
Si nos hacemos cargo; podemos cambiarlo, todas las veces que queramos.
¡Siempre se puede!
El árbol está repleto de rosarios que la gente cuelga, en la puerta, de la capilla de la Virgen de Salta. 

La sensación

Valores, creencias, buenos hábitos, Instituciones fuertes, la Justicia independiente, prestigiosa; todos juntos marcando el mismo camino; no importa de qué lado estás; ya no queremos divisiones bizantinas. Igualdad de oportunidades. Inclusión para todos; morochos, rubios, lindos o feos. Mi trabajo diario y humilde para construir una Argentina mejor y más justa. ¡Podemos! Sin dudas, podemos!