El flagelo de la violencia se distribuye, silenciosamente, entre las almas escondidas en lugares vulnerables. Como la de ella, sin saberlo, había empezado a funcionar como víctima.
La mala interpretación disminuye en el avance cotidiano de la revolución constructiva de la impedida realización del ícono perdido de la imaginación absoluta y de la desigualdad ofrecida a cambio de una sola cosa: el crepúsculo de la manifestación arraigada en la ferocidad historia del universo hundido por la desigualdad y la opresión. Sólo se puede ver a través del prisma privado privativo de cada ser humano. Incuestionable y mediocre. El cambio se manifiesta en cada situación en cada momento en cada ilusión. Sólo podemos definirnos en el inmediato colectivo. Justo cuando la vida se pone en el intercambio de variedad y exactitud.
Una historia de amor sin final escrito. O acaso todas las historias de amor tienen un final. O realmente existe el amor o es una cosa que no podemos ponerle nombre.
Todo me da celos, la vida pasa a ser una hoja llena de preguntas sin respuestas.
Y el amor por vos una cosa que no sé si vale la pena. El entusiasmo muere los domingos. Ni una puta señal de que alguna vez fui parte de una parte. Y yo merezco ser el centro de la atención. Entonces lo que debo hacer es sumarme al eje y no girar en ningún sentido contrario. ¿Cómo puedo hacer para que la evolución no se vaya de carril y pueda seguir encriptado? El mar y yo. Celeste y yo. El universo y yo. Todo gira a mí alrededor y nada tiene que ver conmigo.
¿Cómo puedo hacer yo para devolver con la misma moneda?
Mientras espero que la cosa camine. Intento inventar alguna historia con un final acorde a las discrepancias del tiempo. ¿Cómo se sobrevive semejante situación?
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